Algunos de los sistemas de nuestro cuerpo existen solamente para tomar oxigeno y llevarlo a nuestras células. Respiramos el oxigeno a través de los pulmones para luego transferirlo a las células de los glóbulos rojos y luego ser bombeados por el corazón a todos los rincones del cuerpo. Allí cada célula usa el oxigeno para quemar azucares y producir energía.
Uno de los resultantes de estos procesos creadores de energía es una forma inestable de moléculas de oxigeno llamada radical libre. Estos radicales libres pueden generar caos y llevar al daño celular. Cuando se presentan grandes cantidades de estos radicales pueden desencadenar la muerte celular , lo que a su vez puede generar multitud de enfermedades degenerativas como el cáncer, infarto y diabetes, entre otras.
Paradójicamente el oxigeno que nos da la vida y nos sostiene puede también sembrar las semillas del envejecimiento y la muerte celular.
Nuestros organismos están provistos de formas para combatir el daño celular que la mayoría de los radicales libres causa pero no pueden detenerlo por completo. En la medida en que envejecemos estos radicales causan un daño mayor y nuestra capacidad para atacarlos disminuye.
Pero los radicales libres no solamente se producen dentro de las células, fumar es uno de los mayores contribuyentes a la creación de radicales libres, la exposición excesiva al sol es también otro factor y en el mundo moderno la radiación y la contaminación electromagnética juegan un papel tristemente mayor cada vez en el incremento de radicales libres en nuestros cuerpos.
Dado que nuestro cuerpo tiene la capacidad de reparar parte de este daño celular es muy importante que nuestra alimentación contribuya a que dicha reparación se lleve a cabo.
Existen dos enzimas que son las responsables de neutralizar los radicales libres la llamada superoxido dismutasa (SOD en inglés) y a catalasa. Se calcula que estas dos enzimas son responsables de limpiar el 99 % de los radicales libres en el cuerpo humano, por tanto si potenciamos a través de nuestro alimento que esas enzimas proliferen entonces tendremos un maravilloso ejercito combatiendo a nivel celular la creación de nuevos radicales libres y evitaremos así el daño celular.
De acuerdo con el Dr. Joe McCord quien descubrió hace mas de 30 años la superoxido dismutasa, existen cerca de 40 plantas, la mayoría de las cuales se usan en la medicina tradicional de China y de la India que inducen al cuerpo a producir mas de estas dos enzimas reparadoras y que también reducen el llamado estrés oxidativo a nivel celular asociado al envejecimiento.
El Dr. McCord ha experimentado con un extracto de Té verde, Cúrcuma, cardo mariano o lechoso, ashwaganda y bacopa.
Pero no tenemos necesidad de acudir solo a estas plantas, algunas de ellas difíciles de conseguir en nuestros países. Todas las plantas nos ofrecen antioxidantes para protegernos del daño celular, del envejecimiento y de las enfermedades degenerativas. Ellas absorben y estabilizan los radicales libres antes de que estos invisibles enemigos puedan hacer algún daño. Recuerde : los principales antioxidantes están en las plantas integrales, en especial en estado crudo.
De acuerdo con la amplia base de datos que tiene el instituto nacional de la salud de los Estados Unidos, al hacer una media de la capacidad antioxidante de los alimentos, las plantas tienen 11,57 mmol/100g mientras que los alimentos animales, incluidos sus derivados, tienen tan solo 0,18 mmol/100g.
Es decir las plantas tienen ¡64 veces más capacidad antioxidante que los animales!, ya que en estos últimos solo se encuentran algunos pocos antioxidantes y una pobre capacidad para prevenir la oxidación. (en el libro “el poder del alimento se publica la lista completa)
Los alimentos con más poder antioxidante en las cuatro principales categorías son:
Frutas: Cacao, Arándanos, moras y frambuesas.
Vegetales: Frijoles, corazones de alcachofa y papas.
Frutos secos: Nueces pecanas, nuez o nuez nogal y avellanas. Especias: Canela, orégano y clavos.
Incluir pues, alimentos vegetales en su estado integral es el mejor seguro para reducir la producción de radicales libres y disminuir los procesos de envejecimiento celular.