Durante los últimos 100 años y en especial los últimos 50, la alimentación ancestral ha sufrido enormes cambios debido a la industrialización del alimento y la manipulación genética de las semillas.
Los principales cambios se pueden resumir así:
- Dramática reducción en la cantidad de fibra, que provoca daños importantes en la ecología de nuestro sistema digestivo.
- Aumento asombroso en la carga de glicemia (por la ingesta de azúcar) en los alimentos que producen oleadas de insulina y movimientos súbitos en los niveles de glucosa en la sangre.
- Cambios en la composición de los ácidos grasos (ahora ingerimos mucho más omega 6 que omega 3) y en la integridad de las membranas celulares.
- Gran caída en la ingesta de micronutrientes (vitaminas y minerales) y enzimas que desempeñan múltiples y vitales funciones en el cuerpo, como en el sistema inmune, por ejemplo.
- Incremento desmesurado en la dieta de proteínas de origen animal.
- Profundos cambios en las semillas que han sido manipuladas genéticamente por la industria química que ya nada tienen que ver con el alimento original y que está causando graves trastornos de salud.
Las consecuencias de este deterioro en el comportamiento y en las costumbres de alimentación esta pasando su cuenta de cobro en la pandemia de enfermedades degenerativas que esta avanzando a un ritmo avasallador: fallas cardiacas, trombos, cáncer, Alzheimer, diabetes, lupus y una la larga lista de enfermedades degenerativas y autoinmunes tienen sus raíces en la desnaturalización de la comida que hoy ingerimos de forma mayoritaria.
En el libro «el poder del alimento» se explica en detalle la relación clara que existe entre la industrialización y las graves enfermedades actuales.
Para escapar de esta oleada de dolencias y sufrimiento es necesario volver a la naturaleza del alimento.
Tomar alimentos en su estado integral, tal como la sabiduría de milenios de evolución ha creado para vivir de forma saludable.
Esto significa alimentos hechos en casa, sin los procesos industriales que les quitan su poder nutricional, como el calentamiento a altas temperaturas, la pasteurización, la homogenización, el horneado, las frituras, la refinación, la adición de aditivos y colorantes, la brutal adición de azúcar y edulcorantes artificiales, procesos industriales que alejan por completo el alimento de su naturaleza y lo convierten en un producto para agradar al paladar pero sin poder nutricional alguno. Por el contrario, lo que debería alimentar ya no solo no alimenta sino que perjudica de forma seria la salud.
Valga aclarar que algunas pocas industrias en el mundo están empezando a ofrecer productos de buena calidad nutricional como frutas y frutos secos deshidratados y alimentos en estado crudo. No obstante, son apenas una incipiente cantidad de productos y en muchos casos de difíciles de conseguir.
Aumentar el consumo de productos vegetales y disminuir el consumo de proteína animal. Escapar de la ingente sobrecarga que se le da al cuerpo cuando se consume entre el 30 y el 40% de las calorías diarias de fuentes animales, en su mayoría altamente procesadas como productos lácteos, embutidos, jamones, enlatados y demás. No necesitamos más del 10 % de las calorías diarias consumidas en proteínas. Si analizamos el alto consumo en los países del hemisferio occidental significa que en promedio debemos rebajar el consumo de proteínas a cerca de la tercera parte de la ingesta diaria actual.
Recuerde que todas las carnes, los huevos, los lácteos, los pescados, mariscos y pollos son proteína animal.
Consumir más alimentos crudos, todo tipo de vegetales, en especial hojas verdes como lechugas, espinacas, acelgas, coles, perejil, cilantro, apio y toda clase de frutas que nos aporten los fito-nutrientes y las enzimas necesarias para un correcto funcionamiento del cuerpo.
Por ultimo, recordar que no debemos comer en exceso, que cuando comemos alimentos vegetales con alto poder nutricional, nos va a ser mas sencillo no excedernos en cantidades por que nuestro organismo estará bien nutrido y no nos estará demandando continuamente que le demos más cantidad de comida.
En el libro «el poder del alimento» se resume lo anterior en una frase: «comer alimentos integrales, principalmente plantas, en su mayoría crudos y sin excesos». En esta frase se encuentra el secreto hacia una vida saludable, larga y feliz.
Consumir productos orgánicos nos garantiza evadir la comida manipulada genéticamente y con ello estar a salvo de sus perversas consecuencias para la salud humana y del planeta.
Debemos para tener una buena salud, dedicar tiempo a la preparación de los alimentos en casa, tal y como siempre hicieron las generaciones anteriores.
Si usted evita los alimentos altamente procesados por la industria y cocina en casa partiendo de alimentos integrales su salud prosperará. Es un cambio que requiere un esfuerzo pero que redituará en grandes beneficios para usted y toda su familia.
Bien vale la pena cambiar estos hábitos y volver a lo verdaderamente natural.