La diabetes es una enfermedad muy grave que esta creciendo de forma desaforada en paralelo a la de obesidad.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de ese México, hay cerca de quince millones de diabéticos en ese país y la enfermedad creció entre 1998 y 2008 a un ritmo de 300%. Allí fallecen setenta y cuatro mil personas cada año a causa de las complicaciones provocadas por la diabetes; es decir, alrededor de 203 personas cada 24 horas. El 15% de la población mexicana tiene algún tipo de diabetes diagnosticada.
En Estados Unidos el porcentaje de personas con diabetes esta ya cercano al 25 % de la población adulta y en 1,980 era un 5 %. Aparte de ello, y dependiendo de la manera como se calcule hay entre 22 y 39 % de las personas con pre-diabetes.
La combinación de las dos enfermedades indica que uno de cada tres adultos en ese país es diabético o pre-diabético.
Pero la diabetes no es un problema exclusivo de esos países, es una pandemia mundial sin precedentes y va muy de la mano con el brutal incremento en el consumo de trigo y por supuesto de la absurda ingesta de azúcar que se toma en la dieta occidental típica.
Esta enfermedad va más allá de tener que tomar medicamentos de por vida y estar obeso, existen graves complicaciones como daños irreversibles en los riñones que llevan a la muerte o amputaciones de miembros y una larga lista de dolencias derivadas. Por ello, es algo que debe ser tomado muy en serio.
El omnipresente trigo es, como lo hemos descrito en varios post de este blog, un gran enemigo para la salud y de manera particular es probablemente el mayor coadyuvante en la gestación de la pandemia de diabetes que vive el mundo occidental.
La increíble capacidad que tiene el trigo de elevar los niveles de azúcar en sangre de forma súbita y de promover así la montaña rusa de la curva de glicemia que desencadena la maratón de comida y hambre constante:
Esta cadena es la gran causa de las famosas «michelines» que no son otra cosa que glucosa convertida en grasa.
Pero no es el único daño, por otro lado está la maligna acción del trigo al generar exorfinas adictivas para nuestro cerebro que en muchos casos son difíciles de controlar resultando en comportamientos obsesivos con la comida.
Si bien es cierto que la eliminación o reducción del consumo de trigo, en cualquiera de sus formas favorece la salud para cualquier persona, en el caso de los diabéticos o pre-diabéticos tendrá un efecto de mucha mayor relevancia.
Si usted elimina el trigo de su dieta controlará mucho mejor los aumentos súbitos de azúcar en sangre, dejará de tener hambre constante, no habrá exorfinas que induzcan a comer y por consiguiente solo comerá cuando en realidad sea necesario.
Por supuesto si el apetito se controla desaparecerá la grasa abdominal, mejorará su resistencia a la insulina y los niveles de glucosa en sangre bajarán.
Al reversar este ciclo, los diabéticos entonces suprimirán una de las mayores causas de su diabetes pudiendo llegar a remitirse la enfermedad. Las personas sin diabetes evitarán convertirse en pre-diabéticos o diabéticos.
Más allá de esta grave enfermedad, muchas otros problemas asociados con el deficiente metabolismo del azúcar también mejorarán al eliminar el trigo: tensión alta, trigliceridos altos, exceso de lipoproteínas de baja densidad («colesterol malo») son algunos de los cuadros que mejoran cuando el trigo se hace a un lado en la dieta.
Recuerde que al hablar de trigo estamos hablando de todas las clases de trigo, en este aspecto, no importa si se trata de harina refinada o de un pan integral, todo aquello que contenga el trigo tendrá los mismos efectos.
En este blog puede ver varios otros post sobre el gluten y el trigo para conocer mas sobre el tema e identificar alternativas y en qué alimentos se encuentra.
la información es buena
Quiso y diabética quiero saber si puedo comer el grano del trigo
Hola Amiris, Las harinas refinadas tienen suben la glicemia en sangre muy rápido por ello en su caso no es aconsejable tomarlas. Un saludo